Se trata de un giro político-económico de proporciones que no se agota sólo en la adopción del monetarismo (políticas de restricción del gasto fiscal y control inflacionario), sino que “requiere del despliegue de políticas gubernamentales en muchas otras áreas” para liberar de barreras a la actividad empresarial, donde es fundamental el asalto al poder institucional de los trabajadores, en particular, a los derechos de la fuerza de trabajo organizada.
Lea completo este artículo de KARINA NARBONA Investigadora de la Fundación SOL. www.fundacionsol.cl / @lafundacionsol
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